13 abr 2012

Generación ochentera, ¡Uníos! Vol I. Vestir en los ochenta

Cannelle: Si, somos muchos los nacidos en los 80, con muchas cosas en común, unas que vale la pena recordar, y otras que no.
Sésame: Ahí te equivocas, vale la pena recordarlas todas, lo que no vale la pena es repetirlas. Por favor, que alguien le diga a las tiendas del señor Amancio Ortega que dejen lo de los ochenta en los ochenta...
Cannelle: ¿Hacemos un análisis de los traumas ochenteros?
Sésame: Por mi sí, pero si hay alguien que luego tiene que ir a alguna sesión del psicólogo por esto... por favor, que no nos pida responsabilidades.

Que si, que por mucho que nuestras madres digan "Ay hija, si ibas siempre monísima" o "Es lo que se llevaba, ibas la mar de moderna" no dejamos de escandalizarnos al ver las fotos de nuestra infancia.
Sésame y su prima, monísimas cual Casa de la pradera
- Los calcetines: ¿Cuándo inventaron los calcetines notanlargos? A ver, que tampoco es tecnología de la Nasa, que no hacía falta ni los calcetines por encima de la rodilla, ni esos calcetines de hilo con bolitas y florecillas en un lado (que por cierto, los hijos de los acaudalados siguen llevando). Que por mucho que a las chicas del catálogo de Calzedonia les queden divinos de la muerte... son incómodos.

Cannelle con sus calcetines blancos incómodos de la muerte

- Las hombreras: Los señores de Locomía y Miguel Bosé sí que les sacaron provecho a las hombreras. El resto del mundo parecíamos futbolistas americanos venidos a menos. Y es que, ¿quién decidió que a los niños se nos podía poner hombreras? es más, ¿quién decidió que hasta las camisetas necesitaban hombreras? Yo diría que a alguien que se merecía ir al paredón directamente. Por favor, aquellos que crean que se merecen el paredón que dejen un mensaje en este post diciendo PAREDÓN.SI 

- Las camisetas Acid de colores fosforito: Si, esa es una de las cosas que no deberían haber vuelto. Lo que la moda ha liquidado, que no lo devuelva a la vida Bershka. 

- Los vestidos de domingo y los lazos en el pelo:
S: Bueno... yo es que lo de los lazos en el pelo no lo he sufrido. Mis padres que siempre han sido la mar de modernos me llevaban con el pelo a lo garçon, vamos, cortado como un niño, y eso lo envidiaba un poco por aquel entonces, aunque ahora me alegro de la sabiduría de mis padres.
C: Pero te vestirían de domingo, no? Con esos lazos, esos cuellos babero con puntillas, esas blondas y esos volúmenes. 
S: Si, eso sí, y si no mira esta foto de mi comunión.


La foto ME SE ha revelado y no quiere girarse, pues así se queda...
C: Tengo que decirte, orgullosa, que de eso me libré bastante. Soy tan pagana que no estoy ni bautizada, ni he hecho la comunión ni nada por el estilo. Y odiaba los vestidos MUCHO y la mayoría de veces me salía con la mía. Pero no te creas que era tonta la niña... que le pedía a su madre que le pusiera ese jersey con el caballito bordado en el pecho. Ah, y de lazo en el pelo nada, que lo llevaba cortito.
Mi "uniforme" ochentero y casi que también noventero, era tejanos + camisa/camiseta + jersey.
C: Si, si, esa soy yo en 1990: abalanzándome encima del Tió. Por algo me llamaban marimacho mis compañeras de ballet..

C: Vale, he encontrado una foto con vestidito.

- Los chándals de yonki: Si hombre... los cándals de yonki... táctel, colores vistosos, a poder ser fosforito, tacto de ese que da grimilla, ¿qué podemos decir de esta prenda? que levante la mano aquél que no haya llevado la parte de arriba de uno de ellos con tejanos y creía ir la mar de aparente (va, no mintáis que ahora os estáis acordando de vuestro chándal hortera)
Si es que no se puede ser más ochentero. Riñonera power!
Poca broma, que el chandal de nuestro cole era lo más en aquella época.

- Los tejanos de cintura alta: Señores del mundo de la moda, ¿qué tipo de conspiración extraña ha hecho que estén volviendo los tejanos de cintura alta? Ya quedaban mal en los ochenta, y ahora, ahora siguen quedando mal. Y no solo quedan mal, sino que son la cosa más incómoda del mundo (sobretodo si tienes unos quilos de más).

C: Los pantalones altos son mi mayor trauma estético de infancia. Mira, mira... 

S: Vale, creo que esto de los ochenta puede dar más de sí... continuamos otro día
C: Por mi vale, pero no vayamos más allá de los noventa, que mi adolescencia...
S: Jeje, pues anda que la mía...



2 comentarios:

  1. Jajajaja!! Qué identificada me siento!! Lo que yo lloraba por que me pusieran lazos en el pelo, qué cursi era xD

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, Sésame (que soy yo) también lloraba... pero por los vestidos. Es que los odiaba a muerte!

    Madre, si usted me ha querido en algún momento, por favor, postee y explique a la mundialidad porqué me hacía llevar vestidos.

    Ayyy.... madre no hay más que una, pero cuando uno no tiene capacidad de decidir...

    ResponderEliminar